Con un frío de... narices
... y la amenaza constante de lluvia comenzamos este domingo nuestra partida de golf, con la mirada puesta en nuestro compañero de partida y en cómo tendría el día para resolver el greensome.Después del sufrimiento habitual de una partida, con la alegría de los ganadores y el desconsuelo de los farolillos, bien pertrechados de apetito nos dedicamos a entrar en calor haciendo los honores a esa olla de San Antón que nos esperaba en el hoyo 19 de nuestro club.
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